El blog fantasma, podemos llamarlo. Las dudas no me dejan ¿cerrarlo o no cerrarlo? ¿dejarlo así, convaleciente, casi muerto? ¿venir de uvas a peras? Al final me parece una falta de respeto para los que aún siguen pasándose por aquí (que los hay) y me inclino por cerrar, pero no me atrevo... han sido muchos años de venir de a este sitio (mucho más al otro, que ternura) a contar penas, alegrías, fiestas locas, reflexiones absurdas y mucha crítica insulsa sobre cines, series, libros y musicones... lo dejaremos estar y simplemente pediré perdón (otra vez) por los vacios temporales, los silencios eternos y por el abandono general... se hace muy dificil escribir con la monotonía instalada en el cortex cerebral...
Con el final del triste invierno parece que estoy un poco más animado. Por fín la playa es visitable y con la llegada del sol hago como las plantas, me pongo fotosintético y se me descontrola la serotonina... todo es de color de rosa y apetece mucho echarse a la calle y bailar como un descontrolado... a ver lo que nos dura.
En este tiempo de abandono no ha pasado mucho. Pasó el SOS y no pude ir, tragedias imponderables me mantuvieron alejado de ese fastuoso festival a pesar de tener que sufrir el cutrecampamento salchichero que les habilitaron a los pobres a escasos metros de mi casa. Todavía sigo alucinado de la cantidad de gente que sigue emborrachandose en minis de plástico a las 10 de la noche a varios kilometros del recinto imagino que después de haberse recorrido varios cientos de kilómetros para estar presente en el festival...
La opo sigue su curso. Despues de atravesar un bache (más bien un pozo profundo) de motivación, parece que al acercarse la fecha maldita de los exámenes vuelvo a estar bastante más centrado. Otra cosa que espero que dure, porque con los millones de personas que nos presentaremos voy a necesitar un milagro laico para llegar a buen puerto... crucemos los dedos y lo que no son los dedos...
Mi vida social ha entrado de lleno en una monotonía similar a la de la puñetera oposición. Haciendo lo mismo. Viendo a la misma gente. Cometiendo los mismos errores. En esta última fase estudiantil voy a echar de menos un hombro dónde llorar y una mano con quien compartir peliculas y tranquilidades... alguien con quien pasar ratos que no sean de fiesta y locura transitoria. Ratos cortitos.
Y ahora ya a esperar a que abran la piscina de casa. Supondrá, imagino, un gran desahogo. Ya veremos....