Todos los martes y jueves, después del coñazo academiquil, me tomo un granizado en el sitio de siempre. Como siempre me atiende C. que primero me pasa el periódico y a los cinco minutos ya estamos partiéndonos de risa por alguna gilipollez que se nos ha ocurrido. Son los buenos ratos, que los hay, parece que no, pero son bastantes.
El lunes fui con T. a ver Ander. La ponían en Centrofama dentro del ciclo de cine lgtb de la Filmoteca. Concurridisimo el cine, me quedé muy sorprendido. La peli muy bien, yo ya la había visto, pero sin subtítulos, por lo que me había perdido gran parte de la trama ya que hablan mucho en euskera. Idioma en el que es imposible pillar algo. Había partes incluso en las que yo creía que estaban discutiendo y resultaron ser las más humorísticas. Mucho del carácter vasco ahí implicito. Me recordó al capítulo de los Simpson en que Lisa se pierde en el barrio ruso y todos le gritan y ella se asusta cuándo solo le están diciendo palabras amables.
El resto del ciclo me parece una mierda. O no hay dinero, o los organizadores tienen una sequía de ideas de lo más apabullante. No creo que vaya a ninguna. Una lástima. Ha habido años que no me he perdido ni una.
Tengo un dedo jodido. Al final ha pasado. Una lesión de futbolín. El viernes estuve casi tres horas jugando. Entre que soy el rey del movimiento de muñeca, que nunca pierdo y que tengo un enganche fenomenal, voy a tener que racionarme el futbolín. No sé si podre. Es otro de los ratos divertidos de la semana.
Mejor me llevo un bote de reflex el próximo día. Ah, la dura vida del deportista de élite.
2 comentarios:
Claro, te dicen un coño, ostia o algún otro juramento, y te piensas que están chillando.. pero no, es todo de bromitas! :p
y muy seriotes... yo creo que es que con la comida no se juega, que se pegaban unos papeos brutales y todos más serios que la mar...
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