Mi loft en Coruscant

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lunes, 7 de junio de 2010

RISAS Y MÁS RISAS.

El viernes me tocó cocinar, se está poniendo de moda. Tan pronto como decido hacer mis famosísimas pizzas empiezan a llegar invitados a casa de T. Muy divertido todo, ahora, eso sí, me tienen como una esclava en la cocina. Después tuve que salir corriendo, que quería hacer unas gestiones pero nada, llegué tarde, así que me dediqué a destrozarme la mano con el futbolín. Menos mal que estaba R. allí dispuesto con la tirita y los alcoholes. El futbolín me va a matar.
El sábado fue día de descanso, que ya está bien, que se note algo que es fin de semana. Así que pelis, palómitas y series. Lo de siempre, vamos.
Y ayer domingo llegaron de sorpresa las risas. Despues de mucho remolonear, me obligó T. a echarnos a la calle, y acabamos en el tempe viendo el chou dominguero y bebiendo mejunjes indescifrables. Y vino mi golpe de suerte, que al pobre T. le cogieron las tranformistícas de conejillo de indias y pasó casi todo el espectáculo en el escenario siendo objeto de todo tipo perrerías. Angelito. Lloré de la risa y todo. Ainsss estos pequeños momentos de felicidad.
Hoy lunes ya, más de lo mismo, un pastosismo en la boca y unos folios que no se pasan solos. Pero que todo mucho mejor, creo.

1 comentario:

Emilio Ruiz Mateo dijo...

¿Por qué no será siempre fin de semana? Aynsh... Desde el sofá, devorando capítulos de "En terapia", un saludo.