Mi loft en Coruscant

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miércoles, 16 de diciembre de 2009

SOBRE-DOSIS

Lamento los retrasos y esas cosas, pero es que han sido unos días bastante locos y sí, para qué nos vamos a engañar, el enganche en Farmville es tan total que si tengo diez minutos libres, los tengo que dedicar en exclusiva a recoger los guisantes y las poinsettias y a ver si me han parido las vacas o me crece el jodido arbol de navidad. Yo sé que esto no es sano, lo asumo. Y reconocerlo es el primer paso para poder acabar con la adicción.
El lunes casi a la medianoche recibo una llamada de socorro de J. para ir a echarle una mano a la Galería de Arte, así que uno que está siempre muy dispuesto, y después de unos madrugones muy poco recomendables, me planté como un clavo a las ocho de la mañana para ayudarle con un mailing de 1.200 cartas, que incluían pegatinas, invitación a cocktail, tarjeta navideña y trozos de mis dedos y un pedazo de mi poca cordura, porque 12 horas seguidas metiendo y pegando cosas en sobres es probablemente una de las pocas torturas de la inquisición que no se han hecho famosas porque es tan desagradable que a la gente no le gusta hablar de ello. No obstante el día nos dió para darnos una comilona, una cenarrona y un par de gintonics, que si no, parece que no somos nostros, así como a conocer a un par de interesantes, con lo que fue un día de lo más movidito.
Tambien por supuesto para hablar de proyectos, de trabajos y de negocios, que si uno no habla de todo lo divino y de lo humano mientras está con el tema sobres, más vale que vaya reservando habitación contigua a la del asesino de la catana en el sanatorio.
Y más vale que me ponga yo con mis apuntes, que creo que las conexiones neuronales se me quedaron todas ayer en la galería. Y el viernes, con el cocktail tempranero, daremos inicio a las festividades navideñas, que este año, por lo raro, me temo que van a ser de lo más impredecibles en el buen sentido.
Pongo canción, por supuesto, para animar un poco el cuerpo.

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