Por fín me decidí a ver Camino. Ya sabéis que no soy muy fan del cine español que salvo raras excepciones me desilusiona, por lo que teniendo miles de películas por ver, normalmente no me da tiempo ni ganas de ver cualquiera de las pretenciosidades que se hacen aquí.
Pues Camino no es nada de eso. Es cine muy personal, muy bien hecho, con afán de gustar (en el sentido masoquista del término) y con interpretaciones espectaculares. Pero bueno, ya sabíamos que Javier Fesser era distinto.
La película te agarra el corazón nada más empezar y ya no te lo suelta durante todo el camino, nunca mejor dicho. El lunes a las dos de la mañana temí que mis sollozos decibélicos despertaran a todo el edificio. Tengo que empezar a mirar la temática de lo que veo. Entre lo sensiblón que he sido toda la vida y la edad provecta que creo que me está afectando, no hay película que no acabe viendo entre grandesdestellos de enormes lagrimones que me empapan los ojos y me salen hasta por las orejas.
Merecidísimo el premio a Carmen Elías y a la niña (Nerea Camacho). Fastuosas ambas. Estupenda la banda sonora tambien, destacando Russian Red,
Comprad enorme paquetón de kleenex para verla, que yo la ví en al cama y acabé sonándome con la funda de la almohada. De nada, caris.
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