Esto hay que vivirlo para creerlo. Lo largo que se puede hacer un fin de semana estudiando es una cosa como muy de cuarto milenio. Os juro que me veo el pelo y las uñas crecer y estoy con una angustia existencial de lo más deprimente.
Lo del blog del opositor es un poco bluff, para que nos vamos a engañar. Que esto tenía mucha más miga cuándo podía contar las nocturnidades y los excesos carnales que ahora que sólo os puedo contar que esta mañana me he dado cuenta de que no me coinciden exactamente, con las mismas palabras, el temario de la oposición y el que me proporciona la academía, y que por tanto me ha dado un ataque de ansiedad hiperventilante a eso de las diez de la mañana de un domingo que había que verme aquí agarrao al flexo y respirando dentro de un calcetín para ver si así frenaba la concentración de oxigeno en el cerebro. Una cosa de lo más surrealista cuándo yo lo que tenía era que estar en el THC buscando un novio de esos tan aprovechables y tan señores que hay por allí un sunday morning.
Ahora ya me he calmado un poco, aún así, me cuesta mirar los folios y no ver la cara del fracaso pixelada en todas las letras. Un horror, vamos.
Así que habrá que poner algo tranquilito y relajante. O no.
¿De esto no hay video todavía? no lo he encontrado...
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